Una misteriosa Betty Bossi
Betty se convierte en «cocinera nacional»
Si alguien revolucionó la cocina suiza de posguerra a partir de 1956, fue Betty Bossi. Sus recetas de cocina eran tan claras y fáciles de cocinar que incluso las cocineras menos experimentadas las entendían. Y eso era necesario, porque en la mayoría de los hogares suizos faltaban conocimientos y dinero en respeto a la comida.
Betty cocinaba y horneaba con intensidad, siempre con ingredientes que se tienen normalmente en casa disponibles o que eran fácil de encontrar. Por lo general, refinaba sus recetas con un chorro de Noilly Prat (vermú). No tengo idea por qué esta bebida debería ser uno de los ingredientes de la cocina suiza. Solo había una cosa sorprendente, Betty raramente usaba mantequilla, aunque en ese entonces era común en Suiza usar mantequilla como grasa para cocinar, Betty usaba margarina o aceites.
Betty Bossi se convierte en marca.
A partir del año 1966 se podía suscribir una revista con los conocimientos de Betty Bossi y a partir de 1973 empezaron a encuadernar sus recetas en prácticos libros. También descubrió el merchandising. Comenzó a inventarse utensilios de cocina que sugerían facilitar el trabajo con las recetas presentadas y que, por supuesto, solo se podían comprarse exclusivamente a ella. En un momento en el que las amas de casa solo tenían un deseo de hacer su vida cotidiana lo más simple posible para tener también algo de tiempo libre, estos artículos prometían una parte de esa felicidad. Para poder vender mas de sus artículos, con regularidad llegaban a los buzones copias gratuitas de su revista de cocina.
Pero Betty Bossi era un fantasma, su inventor fue Emmi Creola-Maag (1912-2006). Era redactora publicitaria del fabricante de grasas comestibles Sais/Astra y tenía el deber de propagar las grasas, margarina y aceites de la marca Sais/Astra entre la población.
En 2012, la empresa Betty Bossi pasó a Coop. Desde entonces, Coop esta vendiendo productos frescos de conveniencia bajo la etiqueta Betty Bossi. Las ventas netas de la empresa Betty Bossi ascendieron a 75 millones de francos suizos en 2018.
Con cariño su
-Ana Figuerola
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